Las noticias de la sangre vertida en Madrid irán llegando a todos los rincones de España. La mecha de la revolución contra las autoridades afrancesadas españolas, y de la guerra contra el Imperio que dominaba Europa, se desata.
Los alzamientos se suceden por todos los rincones de la vieja España, la resistencia al invasor se da en todas las formas y modos posibles en cualquier lugar, en cualquier esquina, en cualquier recodo. No importa donde, y de hecho se suceden en Andalucia, Cataluña, Vascongadas, Madrid, Asturias, Galicia, etc. El sentimiento de españolidad es total, todavía no se ha inventado lo que hoy conocemos por nacionalismos, eso sucederá a finales del XIX.
Seis años después y con casi un millón de muertos, España, vence, unidos sus soldados, sus guerrilleros y su pueblo, la guerra, expulsando a los franceses de la Península con el auxilio de sus aliados británicos y portugueses.
Las batallas y acontecimientos que tuvieron lugar en Madrid, Móstoles, Valencia, Bailén, Zaragoza, Gerona, Astorga, Ciudad Rodrigo, Cádiz, La Albuera, Arapiles, Vitoria, San Marcial y Santoña, convirtieron estos escenarios en algunos de los más importantes de la Historia de la Guerra de la Indepencia.
Luego, años más tarde, Fernando VII, el rey traidor, acabó ajusticiando a gran parte de aquellos héroes por ser LIBERALES. Pero eso, ya es otra historia.
En homenaje a todos aquellos españoles que no se rindieron, que no negociaron con el invasor, que defendieron con sus vidas a su única patria, a su único pais, a su única nación, a España, sirvan estas letras y esta elegía.
Desgraciadamente hoy no podemos decir lo mismo. En estos albores del siglo XXI, doscientos años después, se negocia con terroristas, se dialoga con piratas y se admiten las condiciones que imponen los delincuentes en aras de un buenismo superlativo.
No se defiende la ética, ni la moral, ni el esfuerzo, ni el trabajo, ni los principios, ni el mérito, ni la capacidad, ni se aprecia en las personas la honestidad, el servicio público, la honradez, la palabra dada. Hoy el relativismo zapateril lo impregna todo.
Todo es admisible, todo es negociable, todo es dialogable, y la virtud se halla únicamente en llegar a acuerdos con quien te agrede, en consensuar medidas con quien delinque, o en arrodillarse ante quien te amenaza, sustituyendo la aplicación de la Ley, por el chalaneo y el compadreo con golfos, asesinos, sacamantecas, robaperas, especuladores, dictadorzuelos, genocidas, integristas, piratas y gente de mal vivir en general y criminales en particular. Ya sabemos, socialismo XXI.
En mi nombre, y en el de quienes represento, quiero pedir disculpas públicas a quienes dieron su vida por España en aquella Guerrra de Independencia y ahora se han visto traicionados por estos otros españoles de 2008.
Nota: No siempre el 2 de Mayo es día de gratos recuerdos de valor, de bonhomía, de dignidad y de sentimientos patríoticos. Otro 2 de Mayo, en 1879, se fundaba el PSOE en una taberna de Madrid. Entre una y otra efeméride no solamente hay 71 años, existe todo un abismo infinito de principios y valores.
Es la desgracia que nos toca a las generaciones presentes hoy en día. De los fundamentos éticos y morales del 2 de Mayo originario no queda casi nada, y sin embargo tenemos que seguir coexistiendo con el PSOE, representante vital de todos los contravalores de la Guerra de la Independencia del PUEBLO ESPAÑOL.
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